El diseño del Colegio Reggio se basa en la idea de que los entornos arquitectónicos pueden despertar en los niños un deseo de exploración e indagación. De esta manera, el edificio se concibe como un ecosistema complejo que hace posible que los estudiantes dirijan su propia educación a través de un proceso de experimentación colectiva autodirigida. 

El diseño, la construcción y el uso de este edificio pretenden superar el paradigma de la sostenibilidad para comprometerse con la ecología como un enfoque donde el impacto ambiental, las alianzas más que humanas, la movilización material, la gobernanza colectiva y las pedagogías se cruzan a través de la arquitectura.

Se ha desarrollado una estrategia de bajo presupuesto para reducir la huella ambiental del edificio basada en los siguientes principios de diseño:

1.Verticalidad para reducir la ocupación del suelo.

2.Reducción radical de la construcción. La cantidad total de material utilizado se ha reducido en un 48%. El resultado presenta un edificio desnudo que define su estética.

3.Una gruesa envoltura de aislamiento en corcho, reduce la energía consumida por el edificio y está pensada para que se convierta en el hábitat de numerosas formas de vida.

4. Más pensamiento, menos material. Se ha reducido el espesor de los muros de carga en comparación con las estructuras convencionales de hormigón armado. Generando una reducción del 33% en la energía incrustada de la estructura del edificio.