¿Eres un romántico empedernido? ¿O, por el contrario, un alma libre? ¡No importa! Tanto si eres una nube de algodón de azúcar con patas, como si cada vez que escuchas la palabra “pareja” haces bomba de humo, te descubrimos los lugares más románticos de la capital para celebrar este 14 de febrero volviéndote “in love” de Madrid, a base de todos estos planazos.
Empezar el día con un brunch de altura en la Gran Vía
Situada en la octava planta del antiguo hotel Alfonso XIII, proyecto de uno de los arquitectos más emblemáticos de Madrid, Antonio Palacios, se encuentra uno de los últimos places-to-be en llegar a la capital: Le Tavernier. Un rooftop de más de 500 metros cuadrados donde disfrutar de una excepcional gastronomía con vista panorámica al sklyline madrileño. Con alma gallega e inspiración marinera, la decoración de la azotea corre a cargo del estudio de interiorismo estratégico de Iván Cotado, un diseño inspirado en un viejo galeón, en el que el agua, la madera y la naturaleza cobran un refrescante protagonismo. Un planazo perfecto para degustar un suculento
picoteo desde el corazón de Madrid, con las mejores vistas a la calle más icónica de la capital: la Gran Vía.
c/ de Mesoneros Romanos, 13
Perderse por un jardín secreto en Barrio Salamanca
Después de un buen banquete, toca aligerar el estómago. Así que… ¿qué mejor que un paseo entre un oasis de vegetación en plena milla de oro madrileña? Situado en el Museo de Lázaro Galdiano, coleccionista de arte, editor y financiero del siglo XIX, el Parque Florido toma nombre de la esposa de Galdiano, una argentina de familia pudiente. El responsable del diseño del jardín fue Alfonso Spalla, ilustre paisajista que eligió un estilo francés adaptado al gusto isabelino y al clima madrileño. En la actualidad se conservan más de 60 especies vegetales, entre las que se encuentran: el cedro del Himalaya, el acanto o la magnolia, entre otros. Un auténtico pulmón dentro del bullicio de la capital, donde conectar con la Naturaleza y los sentimientos.
c/Serrano, 122
Una merienda de lo más castizo
Situado en plena Glorieta de Bilbao, el Café Comercial según los Archivos de la Villa, es la cafetería más antigua de la capital, cuya apertura data 1887. Lugar de encuentro y tertulias de intelectuales y escritores, como Blas de Otero, Rafael Sánchez Ferlosio, Antonio Machado o Camilo José Cela, los madrileños lloramos su cierre en el 2015. Dos años después, el café reabría sus puertas, con una remodelación a cargo del estudio de decoración Madrid in love, quienes asumieron el reto de modernizar este gran clásico madrileño bajo la premisa de mantener intacta su esencia. De esta forma, realizaron unas complejas obras que incluían la restauración del mármol de las mesas, de más de 130 años de antigüedad, así como la apuesta por elementos más actuales, como una luz que varía según el espacio y el momento. Un ambiente intelectual en el que inspirarse a base de café y ponerse las gafas de “cultureta” con tu pareja, amistad especial o, ¿por qué no? Para celebrar el amor con la pandilla.
Glorieta de Bilbao,7
Un atardecer egipcio en pleno centro de Madrid
¿Pero qué hace un templo egipcio en un sitio como el centro de Madrid? Que levante la mano el que ha pensado lo mismo al leer el titular. Y no, no es fake y no, tampoco es el Día de los Santos Inocentes. La realidad es que en las inmediaciones de la céntrica Plaza de España, se encuentra el Templo de Debod, una auténtica muestra de la arquitectura egipcia, que data del siglo II a.d.C. El templo fue donado a España por el gobierno de Egipto y trasladado piedra por piedra en barcas desde el río Nilo. Se trata de una construcción iniciada por el rey Meroe Adijalamani, quien dedicó una capilla, decorada con relieves, a los dioses Amón e Isis. Y, si te animas a visitarlo, te encontrarás una de las mejores vistas y atardeceres de todo Madrid.
c/ Ferraz,1
Una noche de cuento para sentirse como reyes
Érase una vez una ciudad llamada Madrid, allá por los inicios del siglo XX (1906), que comienza a posicionarse como punto de encuentro entre las altas esferas, debido al auge social y cultural de España. Pero como todo cuento de príncipes y princesas, siempre existe un problema que resolver, y es el siguiente: Madrid no disponía de ningún hotel de lujo en aquella época, para alojar debidamente a la aristocracia internacional que visitaba nuestra ciudad. Fue entonces cuando se construyó el hotel Ritz, de estilo afrancesado y siguiendo los cánones de su homólogo y pionero en París.
Ahora, más de 100 años después y tras tres años de obras ha vuelto a reabrir sus puertas recientemente. Con una espectacular reforma llevada a cabo por el arquitecto español Rafael de La-Hoz, el Mandarin Oriental Ritz presenta una experiencia 360, donde relajarse en su espectacular spa, disfrutar de la alta gastronomía de la mano del chef Quique Dacosta (tres estrellas Michelín) y vivir una noche de ensueño en cualquiera de sus suites. Eso si. ¡Advertencia! NO es una experiencia apta para todos los bolsillos. Si es tu primera cita, prepara la tarjeta de crédito antes de que eche humo.
Plaza de la Lealtad, 5