Por Tamara Martín Oeo
Una sociedad que pide espacios para la enseñanza y difusión de la música
En una sociedad que comienza a desarrollarse culturalmente gracias a la impulsión de las diferentes casas reales de la Europa del S. XVII y donde se empiezan a conocer a artistas de la música de la talla de Mozart, Beethoven o Vivaldi, comienza a surgir en las grandes ciudades la necesidad de disponer de espacios más preparados acústicamente donde poder desarrollar los métodos de enseñanza y exponerlos al público. Durante los siglos posteriores, comienzan a proyectarse grandes teatros y salas, algunos de los cuales, aún podemos seguir admirando y disfrutando.
Mencionaremos a continuación varios edificios de Madrid, así como sus arquitectos, relacionados con las diferentes actividades y enseñanzas musicales desarrollados en distintos momentos de nuestra historia, los cuales fueron de vital importancia en el desarrollo cultural de la sociedad que hoy conocemos.
EL AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA – LA OBRA MAESTRA
Diseñado por Jose María García de Paredes, conocido popularmente como “el arquitecto de los auditorios”. Durante los años 80, le fueron encargados diferentes proyectos para la construcción de, entre otros, el Palau de la Música de Valencia, el Teatro-Auditorio de Cuenca o el Auditorio Víctor Villegas en Murcia. Ya desde 1978 se erigía en Granada el Auditorio Manuel de Falla al que cuidadosamente supo integrar en el perfil de la ciudad.
El Auditorio Nacional de Música de Madrid fue incluido en el Plan Nacional de Auditorios del año 1983 y surge de la necesidad de disponer en la capital de las mejores instalaciones para la realización de actividades musicales, las cuales se venían desarrollando en el Teatro Real desde los años 60.
Este edificio de planta rectangular combina en su volumen exterior materiales empleados en las construcciones de la época. Las fachadas de aparejo de ladrillo son interrumpidas por grandes ventanales dispuestos repetidamente en toda su longitud mientras que la nave central, que aporta el volumen en las salas interiores, se encuentra recubierta por granito y piedra caliza de Colmenar. Podemos decir que se trata de una construcción sobria a grandes rasgos cuyo desarrollo se centró en el exhaustivo y profundo estudio de las condiciones acústicas de su interior gracias a la madera de nogal empleada en techos y a la disposición de sus graderíos. García de Paredes logró el máximo aprovechamiento y dotando al edificio entre otros espacios de menor envergadura -pero necesarios para el desarrollo de las diferentes actividades- de la gran sala Sinfónica y la de Cámara con capacidad para satisfacer la demanda de una ciudad en pleno crecimiento ferviente por todo lo cultural y, en este caso, musical.
EL TEATRO REAL – EL TEATRO DE ÓPERA
Ubicado en la Plaza de Oriente, el Teatro Real de Madrid tal y como lo conocemos actualmente es un edificio rehabilitado en su totalidad tanto interior como exteriormente y que fue reinaugurado en 1997 gracias al proyecto de José Manuel González-Valcárcel finalizado por Francisco Rodríguez Partearroyo.
El diseño del inicial Teatro Real se encarga al arquitecto Antonio López Aguado bajo el mandato de Fernando VII cuyo objetivo era disponer de un edificio que pudiese equipararse a los de otras ciudades europeas en auge cultural. Su construcción se alarga 33 años debido a factores económicos y, fundamentalmente, a la muerte del arquitecto quien no vio finalizar su proyecto, siendo sustituido por Custodio Teodoro Moreno quien consigue finalizar las obras en el año 1850.
Su forma de hexágono irregular, que condicionó la distribución en planta y su propio funcionamiento surgió de la remodelación llevada a cabo en la misma plaza de Oriente que conexionaba el Palacio Real con esta nueva construcción. La nave central se alzaba sobre el resto de la cubierta, dotando de volumen a la gran sala acústica.
Exteriormente en su fachada encontramos como elemento predominante el granito que, aunque se resuelve en formas sencillas, destacan en ella diferentes elementos como los arcos de medio punto del primer piso, las columnas de estilo griego del segundo y la galería de la parte superior, así como los diferentes huecos que aportan luz en sus pasillos interiores.
El edificio se vio obligado a cerrar sus puertas en varias ocasiones, fue utilizado durante un largo periodo entre 1925 y 1966 como la más importante sala de conciertos de Madrid hasta que en el año 1988 se inaugura el ya mencionado Auditorio Nacional de Música. Es entonces cuando es llevada a cabo la última gran rehabilitación del Teatro en su totalidad, como ya hemos mencionado, empleando las tecnologías más avanzadas en su interior destacando notoriamente la ampliación del volumen de la denominada caja de escena de 75 metros de altura.
REAL CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA DE MADRID – CENTRO DE ENSEÑANZA
Desde su fundación en el año 1830 por la reina María Cristina han sido varios los edificios donde establecieron su sede, entre ellos, el Teatro Real. Se crea con el objetivo de disponer de instituciones para la enseñanza de la música, al igual que existían en otros países europeos. No es hasta el año 1990 cuando el Real Conservatorio Nacional de Música, consigue establecerse en el edificio que conocemos actualmente.
Ubicado tras el actual Centro de Arte Reina Sofia, este edificio formó parte de las diferentes naves que conformaban el Gran Hospital de Atocha, proyectado por Francesco Sabatini en el S. XVIII aunque fue un proyecto que no llegó a terminar de ejecutarse en su totalidad, debido a la necesidad de disponer de forma inmediata de los diferentes espacios donde se desarrollaba una ferviente actividad hospitalaria.
La remodelación del edificio fue llevada a cabo por los arquitectos Ignacio y Manuel de las Casas y Jaime Lorenzo, que buscaron adaptar el espacio a las nuevas necesidades. La respetada fachada de estilo clasicista de grandes ventanales acristalados convive con los nuevos y modernos acabados generados en la reforma integral de su interior.
PALACIO DE LA MÚSICA DE MADRID – PALACIO DEL SÉPTIMO ARTE
Fue el arquitecto Secundino Zuazo quien recibió el encargo del proyecto del Palacio de la Música, que formaba parte de la reforma urbana del centro de Madrid con la creación de la Gran Vía durante los primeros años del S. XX.
De su fachada principal cabe destacar su estilo barroco con toques modernos, debido a la combinación de ladrillo visto y un corredor de columnas jónicas y balaustrada de mármol en la segunda planta.
Se pretendía que el edificio se convirtiera en una sala de conciertos de referencia en la ciudad y que en cuya azotea se pudiera disfrutar de la proyección de películas como uso de cine de verano. Uso que se vio truncado debido al desplome de la cubierta durante la ejecución de las obras. Finalmente, y nada más de lejos de la realidad, se acabó utilizando como sala de proyecciones de las películas más aclamadas por el espectador del séptimo arte tras dos años como sala de conciertos.
Sus puertas permanecieron abiertas durante más de 80 años hasta que en 2008 se cerraron definitivamente. Han sido diferentes las fechas señaladas para el comienzo de una reforma, la última esta pasada primavera. Esperamos poder disfrutar nuevamente de este espacio como una de las grandes salas de conciertos de la Gran Vía.
PALACIO DE LONGORIA – PUNTO DE ENCUENTRO DE ARTISTAS
A comienzos del S. XX, este edificio es proyectado y construido por el arquitecto José Gresas Riera para uso de residencia familiar y oficinas del financiero Javier González Longoria. Se trata de un claro ejemplo del movimiento modernista en Madrid, donde cabe destacar el contraste del interior de estilo más tradicional donde encontramos una escalera imperial alojada en su torreón y que culmina en su cúpula con una gran vidriera.
Durante los siguientes años, el palacio pasa por las manos de diferentes sociedades, adquiriendo finalmente su propiedad en el año 1950 la actual Sociedad General de Autores y Editores. Debido al deterioro acaecido por la falta de mantenimiento y diferentes reformas, se encarga su rehabilitación al arquitecto Carlos Arniches adaptándolo a las necesidades de uso de la sociedad, salas de exposición, salas de prensa, gabinetes. Posteriormente el deterioro de su fachada obliga a un nuevo proceso de rehabilitación, llevado a cabo por el arquitecto Santiago Fajardo.
La sociedad nace con el objetivo de proteger, promover y difundir la creación artística y el patrimonio musical, teatral o audiovisual, entre otros, gestionando los derechos de los artistas que forman parte de esta. En el palacio se desarrollan presentaciones y exposiciones que permiten al visitante disfrutar de los diferentes eventos y admirar su clásica arquitectura interior.
