Castellana 81, propiedad de Gmp uno de los principales grupos inmobiliarios patrimonialistas españoles, constituye un hito de la arquitectura española del siglo XX y una de las obras maestras del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza. Tras una ambiciosa rehabilitación liderada por Ruiz Barbarín Arquitectos-Arquimania, el inmueble se posiciona a la vanguardia de la sostenibilidad, la salud y el bienestar de las personas, la accesibilidad y la tecnología.

La torre de 107 metros de altura es considerada un hito de la ingeniería levantado sobre un solar cruzado por el túnel del ferrocarril que recorre el Paseo de la Castellana. Se conforma por una planta rectangular con dos núcleos verticales centrales, y el espacio perimetral es diáfano, sin divisiones ni obstrucciones en sus cuatro orientaciones.

La composición de la fachada responde al criterio de conjugar una superficie totalmente acristalada con una carpintería muy sólida, realizada en acero Cortén. Un material que se oxida en su cara exterior para auto proteger su interior, otorgando un cromatismo y una textura muy singulares a la fachada.